Estados Unidos (Los Ángeles )
LA Green Grounds convierte los desiertos alimentarios urbanos en barrios más saludables, vibrantes y autosuficientes.
En 2013, Ron Finley abrió un ahora famoso Ted Talk con una descripción concisa de su barrio, South Central Los Angeles. “Licorerías, comida rápida y solares vacíos”. Fue en gran parte gracias a la charla de Finley, hace casi una década, cuando los principales medios de comunicación empezaron a hablar de los desiertos alimentarios urbanos. ¿Pero qué son?
Los desiertos alimentarios urbanos son esencialmente la combinación peligrosa de barrios pobres con familias de bajos ingresos y la escasez de supermercados decentes, unido a la abundancia de cadenas de comida rápida y tiendas de comida procesada. El resultado, como puedes imaginar, y como deberían haber imaginado los urbanistas de todo el mundo hace décadas, es una comunidad con patrones de alimentación peligrosos y poco saludables, y todos los problemas que los acompañan: obesidad, desnutrición, diabetes, etc. Para tener una idea del alcance de este problema, los expertos estiman que alrededor de 23 millones de personas en Estados Unidos viven en desiertos alimentarios (algunos urbanos, otros rurales) y que casi la mitad de ellos son familias o personas de bajos ingresos.
A Ron Finley le encantaba la jardinería. Terminó en una clase de jardinería en el Museo de Historia Natural impartida por una tal Florence Nishida. Se podría decir que Florence estaba algo obsesionada con promover alimentos más saludables en los desiertos alimentarios urbanos mediante la creación de huertos comunitarios.
Cuando concluyó el curso, Finley tenía en mente el lugar perfecto para crear un nuevo bosque de alimentos orgánicos, abierto a todos, y los dos, junto con otros amigos y vecinos de Finley, se pusieron a trabajar. En poco tiempo, habían arrancado las hierbas de un solar estrecho y lo habían convertido en una hermosa y comestible maravilla. Los niños ayudaron y aprendieron. Luego comieron los frutos (literalmente) de su trabajo. “Cuando los niños cultivan col rizada, comen col rizada. Cuando cultivan tomates, comen tomates”, dice Finley. Los vecinos disfrutaron y apreciaron el proyecto. Y se invitó a los pobres y hambrientos a que escogieran lo que necesitaran y, así, comían tomates en lugar de comida basura.
La burocracia municipal asomó su fea cabeza (‘no se puede hacer eso, bla bla bla’) y casi lleva a Finley a la cárcel por cultivar plantas de más de 90 centímetros de alto, pero al final, y con un poco de ayuda de la prensa local, el verde venció al gris y, así, LA Green Grounds se situó en el mapa.
A finales de 2013, habían instalado 27 huertos más en colaboración con las comunidades locales, enseñando y empoderando a los vecinos.
Con Florence Nishida todavía al mando en 2021 (Ron Finley se ha separado y sigue por su cuenta), LA Green Grounds ha centralizado sus actividades educativas en su Jardín de Enseñanza del Sur de Los Ángeles, donde muestran a los futuros agricultores urbanos cómo pueden convertir los desiertos alimentarios urbanos en zonas más saludables, en barrios más vibrantes y más autosuficientes.
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Biografía
Joe es coeditor de BCN Més, coagricultor en La Caseta Alta y coproductor de muchos eventos culturales.
Responsable del proyecto
Florence Nishida
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