Dino Impagliazzo corta las cebollas en juliana como un maestro cocinero y cuece una deliciosa sopa de verduras, pero la mayoría de los clientes habituales no alcanzan para comprar ni un trozo de pan.

Con gran energía pese a sus 90 años, Dino es conocido como el “chef de los pobres” de Roma.

En la capital de Italia, hay alrededor de 8.000 personas sin hogar. La mitad encuentra refugio temporal para las largas noches, pero el resto duerme en las calles.

Tres días a la semana, Dino – junto con voluntarios de la asociación sin ánimo de lucro RomAmoR, que fundó él mismo – recorre los mercados y panaderías para recoger alimentos que los comerciantes donan para cumplir su sueño de proporcionar comida a personas sin hogar.

Todo empezó en 2006 cuando un hombre sin hogar le pidió a Dino unas monedas para comprar un bocadillo en la estación de Roma.

“Me di cuenta de que tal vez en lugar de comprar un bocadillo, hacer varios bocadillos para él y sus compañeros sería mejor, y así empezó la aventura” dijo. Dino empezó con la iniciativa bajo el nombre Quelli del quartiere (en italiano, “los del barrio”). Una persona preparaba la salsa, otra cocinaba la pasta y otros recogían bocadillos de las tiendas del barrio.

Hoy en día, los voluntarios de RomAmoR cocinan los otros cuatro días de la semana y lo sirven en varios puntos de la ciudad, sobre todo cerca de estaciones de tren, donde personas de Pakistán, Marruecos, Polonia, Italia, Rumanía, Afganistán y Túnez se unen para compartir su tiempo.

“Tratamos de involucrar cada vez a más gente para que Roma se convierta en una ciudad en la que la gente pueda amarse, ¿sabes?” dijo mientras preparaba sopa en una cocina profesional. “Es solidaridad”.

Los sábados por la noche, se instalan bajo un pórtico en las afueras de la Plaza de San Pedro para alimentar al creciente número de personas sin hogar que duermen en la zona, donde el Papa Francisco inauguró un centro médico y baños para ellos.

Dino, que en su día trabajó en el departamento de la seguridad social de Italia, lanzó su misión de alimentar a los necesitados junto con un grupo de compañeros pensionistas. Rápidamente pasaron de hacer bocadillos a cocinar comidas calientes, primero en sus casas y después en un convento, y el grupo cuenta ahora con 300 voluntarios, jóvenes y mayores. Entregan alrededor de 32.000 comidas al año según su página web. Para Dino, siempre hay espacio para crecer.

Dino, que recibió el premio honorífico del presidente italiano Sergio Mattarella como “héroe de nuestros tiempos”, nunca se imaginó que su iniciativa llegaría tan lejos, con tanto reconocimiento, generando tanta buena voluntad.

“Estoy feliz, porque nunca le decimos a nadie “no te necesitamos esta noche””, dijo. “Se quedan entre nosotros”.

AcciónAtlas: Infórmate sobre cómo colaborar con RomAmoR aquí.