La ‘startup’ mexicana Griyum produce harina de grillo comestible para ayudar a combatir la desnutrición, ofrecer nuevas oportunidades económicas a los agricultores y ayudar al medio ambiente.

Habrá entre 9 y 10 mil millones de personas en la Tierra en 2050 y la producción de alimentos aumentará un 60%. Sin embargo, la desnutrición sigue siendo un problema y los recursos hídricos y la superficie cultivable son cada vez más escasos. El uso de la tierra para cultivos o pastos impulsa la deforestación y la pérdida de biodiversidad, especialmente en América Latina, y genera más emisiones de gases de efecto invernadero que el transporte.

Mientras tanto, los insectos comestibles, aunque no son nuevos para muchas culturas, han recibido recientemente mucha más atención a nivel mundial. Ricos en proteinas, grasas buenas y minerales, proporcionan un medio de vida accesible y respetuoso con el medio ambiente para los ganaderos, y se prevé que este mercado alcance los 8.000 millones de dólares en 2030.

Alejandro de la Brena tuvo por primera vez la idea cuando unos grillos hambrientos invadieron una parcela donde trabajaba. Fundó Griyum en México en 2016 junto con su amigo de la infancia Francisco Pérez Nardoni y con Cristina Clocchiatti, recién salida de la universidad. Ahora ven la harina de grillo comestible como una oportunidad para “hacer crecer una comunidad que lidere el futuro de los alimentos en un mundo sostenible”.

Los fundadores Francisco Pérez, Alex de la Brena y Cristina Clocchiatti. Foto: Griyum

¿Por qué grillos? En primer lugar, los grillos son muy adaptables y se pueden cultivar en entornos controlados. En segundo lugar, en comparación con el ganado, producir una cantidad equivalente de proteína de los grillos da como resultado 25 veces menos de deforestación, 100 veces menos de emisiones de gases de efecto invernadero y se utiliza 2.000 veces menos agua. Para ello, Griyum cuenta con una red productiva descentralizada de 25 aparceros, dotándoles de tecnología, formación y asistencia, así como acceso garantizado al mercado.

Equipo de aparceros de Griyum. Foto: Griyum

Una vez recolectados los grillos, se procesan y “venden a empresas que producen bienes de consumo envasados”. En el futuro, dice De la Brena, quieren “liderar las técnicas de cultivo de grillos en América del Norte y ampliar la familia de aparceros”.

Para aquellos que se preguntan a qué sabe la harina de grillo, Griyum dice “normal”. Esta harina, que contiene de forma natural un 65% de proteínas, “no tiene ningún impacto en la calidad, textura, aroma o sabor de los productos finales”, dice De la Brena. Y sugieren usarlo en bebidas deportivas, galletas, tortillas, pan, pasta y casi cualquier otra cosa que nos de hambre.

Foto: Luis Lagunas

AcciónAtlas: Echa un vistazo a las 10 marcas con las que colabora Griyum (algunas de las cuales han ganado premios), así como a One Chance Foods, uno de sus proyectos. Incluso puedes mandar ideas de recetas a Griyum para que se hagan realidad.

Reportera, escritora y productora afincada en Irlanda y, a veces, en Barcelona. Originaria de Italia, ha vivido e informado sobre Estados Unidos, Francia y España.