África está construyendo un gran muro de árboles en 11 países, justo debajo del borde sur del desierto del Sahara.

La Great Green Wall, que abarcará todo el ancho de África, casi 8.000 kilómetros desde Dakar hasta Djibouti, está planificada para defender la tierra de los vientos y la arena. Si se completa, esta gran muralla verde será la estructura viva más grande del planeta, tres veces el tamaño de la Gran Barrera de Coral, una nueva maravilla del mundo.

Desde 2007, se han plantado millones de árboles en el extremo sur del desierto del Sahara, y quedan millones más por plantar. La franja de árboles está diseñada para detener el avance del desierto, proporcionando alimentos, empleos y un futuro para los millones que viven en la primera línea del cambio climático. Responde a muchos de los problemas urgentes de la actualidad, desafíos que van desde la seguridad alimentaria hasta la migración, la paz y la seguridad internacionales. El árbol de la acacia es resistente a la sequía y tiene raíces que retienen el agua y proporcionan sombra. Aunque estos árboles siguen siendo el foco principal del proyecto, se están utilizando otros métodos para ayudar a restaurar la tierra.

Las temperaturas en las regiones del Sahel y el Sahara están aumentando más rápidamente que en cualquier otro lugar del mundo, y su población se encuentra entre las más pobres del mundo. En 2018 se descubrió que el Sahara, el desierto más grande del mundo después de la Antártida y el Ártico, había aumentado de tamaño un 10% durante el último siglo. La presión humana sobre los ecosistemas frágiles, junto con los efectos del cambio climático, ha provocado una mala calidad del suelo, una menor producción de cultivos y menos pastoreo para el ganado. Muchas personas, especialmente los jóvenes, se han ido para buscar trabajo en otros lugares a través de la migración a Europa o América del Sur.

A través de la Unión Africana, más de 20 países africanos participan en la Great Green Wall. Durante las conversaciones de la COP21 en París los líderes mundiales y jefes de agencias internacionales se comprometieron a aportar 4.000 millones de dólares durante cinco años para intensificar la iniciativa. Para 2030, la muralla verde tiene como objetivo restaurar 100 millones de hectáreas de tierras actualmente degradadas, capturar 250 millones de toneladas de carbono y crear 10 millones de puestos de trabajo en las zonas rurales. Estos recursos y la producción de cultivos ayudarán a alimentar a los millones de personas que pasan hambre en la región cada día.

La Great Green Wall se ha completado en un 15% y las tierras antes áridas se están restaurando a un ritmo sin precedentes, lo que significa una mayor seguridad alimentaria para las comunidades cercanas. En Burkina Faso se han plantado más de 17 millones de árboles, lo que equivale a un área de aproximadamente 31.000 acres. Nigeria ha visto restaurados más de 12 millones de acres de tierras degradadas, mientras que Senegal y Etiopía han obtenido niveles similares de éxito.

Estas regiones han comenzado a observar un aumento de las precipitaciones y espacios agrícolas más fértiles. Pero el impacto ecológico no es el único enfoque de este proyecto, ya que también se busca empoderar y desarrollar las comunidades circundantes. La Great Green Wall está transformando la vida de millones de personas en la región del Sahel y hace una contribución vital a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

Mira ► El productor ejecutivo Fernando Meirelles (director de ‘Ciudad de Dios’ y ‘El jardinero fiel’) y la música maliense Inna Modja nos llevan de viaje a lo largo de la Gran Muralla Verde:

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