Afganistán (Kabul)
La comida siempre ha ocupado un lugar especial en la historia de la humanidad. Desde las tradiciones multireligiosas de “partir el pan” con amigos y enemigos por igual, hasta las grandes fiestas de Acción de Gracias, Eid-al-Fitr y Pascua, a menudo se ha visto como un símbolo de paz y celebración.
¿Qué mejor manera, entonces, de ayudar a aquellos que viven en países devastados por la guerra? Éste fue el pensamiento que originó Conflictfood, un proyecto creado por Salem el-Mogaddedi y Gernot Wűrternberger, ambos berlineses, en mayo de 2016.
Su concepto: crear un comercio agrícola justo, directo y transparente con grupos ubicados en zonas en conflicto, y que una parte de las ventas regresen a organizaciones benéficas ubicadas en el país de origen, supervisadas personalmente por ellos mismos.
Hay una responsabilidad en que el comprador entienda de dónde proviene su comida y en enseñarle más sobre esa área; por eso se le ofrece un boletín informativo con cada venta y se mantiene un blog en la web que ayuda a disipar la imagen de estos lugares como peligrosos y cargados de bombas.
El equipo puso en marcha su concepto en una antigua granja de opio que ahora está siendo administrada por completo, e independientemente, por un colectivo de mujeres de Afganistán que cultivan azafrán, también conocido como “oro rojo”. Los beneficios que ha logrado esta granja a través de Conflictfood han tenido un impacto inmediato en la población local, ya que algunos de los niños pudieron ir a la universidad.
El primer porcentaje de donación y contribución de las ventas de Conflictfood se utilizó para proporcionar una caldera y leña a un orfanato en Kabul en 2016, un lugar sorprendentemente frío en invierno. También tienen su organización benéfica, Kabul Parkour Boys, un grupo que tiene como objetivo ofrecer a los niños de Kabul educación y ocio.
El equipo ha estado viajando regularmente a regiones en conflicto desde 2016 para encontrar los mejores productos agrícolas locales y comerciar directamente con los pequeños agricultores. A largo plazo, quieren ofrecer un futuro para las personas, fortalecer las estructuras locales y combatir las causas fundamentales de la huída de estos territorios. Además, el beneficio se invierte en proyectos educativos en los países de origen.
Con el premio Green Product Award 2018 y el iF Social Impact Prize 2018, así como la colaboración con Social Impact Lab, Conflictfood está logrando cambiar la imagen de los productos de las zonas en conflicto.
AcciónAtlas: compra azafrán afgano para contribuir.
Biografía
Un graduado en química que adora el mundo exterior y tiene aversión a los laboratorios.
Responsable del proyecto
Salem el-Mogaddedi y Gernot Wűrternberger
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