“Sin un océano sano, la vida, tal y como la hemos conocido hasta ahora, no es posible”

Para Farah Obaidullah, de Women4Oceans, la igualdad de género y la salud del océano van de la mano. Si conseguimos inspirar, empoderar y unir a las mujeres de todo el mundo para que actúen a favor de los océanos, quizás podamos revertir la crisis medioambiental que afecta al planeta azul.

Farah tiene su residencia en los Países Bajos, pero es en el mar donde se siente realmente en casa. Desde muy pequeña se ha sentido cautivada por su fuerza y su magia, y ha dedicado buena parte de su vida a protegerlo. Se ha involucrado en campañas contra las industrias que sobreexplotan o contaminan el mar y en otras para presionar a los grupos de poder para que mejoren la regulación en estos ámbitos. En su anterior cargo como activista senior a favor de los océanos en Greenpeace, consiguió detener las transacciones internacionales procedentes de sistemas de pesca muy destructivos y sacó a la luz actividades de pesca ilegales (INDNR) en todo el mundo, entre una larga lista de éxitos medioambientales.

La defensa de los océanos ha llevado a Farah a recorrer buena parte del mundo y de sus mares; a conocer a personas con mucho poder, y a otras con muy poco. Sin embargo, en todas partes ha observado un mismo patrón: aunque hay muchas mujeres trabajando para proteger los océanos, son los hombres (sobre todo occidentales) los que ocupan cargos de responsabilidad, los que se convierten en modelos de referencia para el resto de la sociedad y los que toman las decisiones que nos afectan a todos y todas. A Farah le parece que esta falta de diversidad dificulta seriamente el futuro de nuestro planeta.

“Durante mucho tiempo hemos seguido un modelo de crecimiento económico que viene determinado por un pequeño grupo de personas”, explica la activista. “Las mujeres constituimos la mitad de la población mundial y, para aprovechar todo nuestro potencial como especie, nosotras también deberíamos participar en las decisiones importantes para el futuro”.

Para poner remedio a la desigualdad de género en este ámbito, Farah ha fundado Women4Oceans (W4O), una comunidad internacional de mujeres unidas en la defensa de los océanos. La plataforma no sólo permite que sus integrantes conecten entre ellas y compartan sus experiencias, sino que también da su apoyo a proyectos de conservación de los océanos en todo el mundo, ofreciendo recursos gratuitos y dando conferencias en determinados eventos. Todas las mujeres que trabajan en el mar pueden sumarse, independientemente de su grupo étnico, nacionalidad o tipo de trabajo. Sólo hay que inscribirse en el directorio de Women4Oceans.

El objetivo de esta organización sin ánimo de lucro es dar pie a formas de pensar más constructivas, mostrar referentes femeninos y, por último, inspirar a personas de todo el mundo para que protejan los océanos.

Para Farah, este es también un proyecto personal. Dada su ascendencia multirracial, la diversidad es para ella un tema vital: “Como mujer de color tengo muy claro que no todos tenemos las mismas oportunidades. Por mucho talento, ingenio o fuerza que pueda tener, el mundo no está preparado para abrazar de manera igualitaria a personas de diferentes orígenes. Esto es un reto, pero es también el motor de Women4Oceans. Si queremos movilizar gente de todo el mundo a favor del océano, debemos abrazar modelos que reflejen la diversidad humana”.

Es fundamental que este cambio sea rápido. El océano y muchos ecosistemas están en peligro debido a la sobrepesca, la pesca destructiva legal e ilegal, el cambio climático, la contaminación, la caza furtiva de especies amenazadas y muchas otras prácticas deplorables que amenazan la seguridad alimentaria y las comunidades costeras de todo el mundo. Como afirma Farah en la web de W4O: “Sin unos océanos sanos, la vida, tal como la hemos conocido hasta ahora, no es posible”.

Afortunadamente no todo son malas noticias: “Me hace muy feliz escuchar los testimonios de mujeres que comparten sus experiencias y me llena de esperanza que la gente alce su voz, por ejemplo, los niños de todo el mundo que están exigiendo a nuestros dirigentes medidas para detener el cambio climático “, afirma Farah. “El presente da miedo, pero estamos viviendo un momento crucial de la historia, y eso es emocionante”.

Escritora freelance