El material biodegradable similar al cuero de TômTex ofrece más que una alternativa sostenible a las prácticas dañinas de la industria peletera.

La diseñadora Uyen Tran pudo haber desarrollado TômTex como tesis de maestría en Parsons, Nueva York, pero su inspiración vino de su país de origen, Vietnam. Tran y su socio comercial Atom Nguyen proceden de Da Nang, uno de los centros de fabricación de cuero sintético y animal más grandes del mundo.

Debido al tóxico proceso de curtido y teñido del cuero, los vietnamitas dicen en broma que los colores de tendencia de la próxima temporada se pueden predecir a través de los colores de los ríos locales. Pero curtir cueros y fabricar pieles sintéticas a base de petróleo daña gravemente los recursos hídricos. Nguyen cita un estudio que afirma que los trabajadores de las curtidurías tienen entre un 20 y un 50% más de probabilidades de padecer cáncer. Por lo tanto, TômTex puede proporcionar más que una alternativa sostenible a las prácticas dañinas del cuero y crear un entorno de trabajo más seguro para los empleados.

Como ciudad costera, Da Nang exporta muchos productos del mar. TômTex estima que la industria alimentaria genera de 6 a 8 millones de toneladas de residuos de alimentos con cáscara cada año. Tran se preguntó si esa enorme cantidad de desperdicios podría ser una solución al problema del cuero. Ella cree que “la forma en que los humanos tratamos los desechos es torpe y desorganizada. La naturaleza, por otro lado, devuelve los desechos al ecosistema, generando nueva vida a partir de materiales orgánicos que la gente normalmente descarta”. Entonces trabajó para replicar ese patrón natural. Se puso en contacto con empresas de Vietnam que recolectan restos de mariscos para extraer quitina, un polímero fibroso que se encuentra en los caparazones y exoesqueletos de la fauna marina.

Al combinar la quitina con sus restos diarios de café, Tran produjo un material marrón natural, 100% biodegradable, ahora conocido como TômTex. A diferencia del cuero natural, que se altera permanentemente durante el proceso de curtido para evitar la descomposición, el material de Tran se puede biodegradar de forma natural o volver a introducirse en el proceso de producción para crear un nuevo material TômTex.

En la compañía dicen que esperan que su producto ayude a los consumidores a reconsiderar el ciclo de vida de los materiales. “El mundo se está quedando sin materias primas, por lo que queremos reutilizar los desechos en un nuevo biomaterial accesible para la vida cotidiana, para ayudar a las personas a comprender mejor el problema y contribuir a generar un impacto positivo.”

Su material similar al cuero es capaz de reproducir texturas de piel de animales exóticos y puede adoptar patrones nuevos e imaginativos, por lo que tiene un amplio potencial. TômTex se encuentra actualmente en fase de investigación y desarrollo y busca colaborar con marcas para orientar su futuro.

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► TômTex 

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