GROW fusiona el arte y la ciencia, utilizando el diseño de iluminación para mejorar la resiliencia y la producción de los cultivos mientras nos inspira a ver con otros ojos a los agricultores y sus campos.

Es algo fundamental que las plantas necesitan luz para crecer. Aún así, cada especie tiene sus preferencias: sabes que no debes poner tu preciada orquídea directamente en la ventana, y que tu mini cactus probablemente puede pasar el invierno debajo del fregadero de la cocina. Pero, ¿qué pasa con las verduras con las que hiciste la cena? ¿Están allanando el camino hacia un futuro mejor?

GROW, una creación del artista e innovador holandés Daan Roosegaarde, demuestra que cualquier cosa se ve mejor con la iluminación adecuada, incluso un humilde puerro. Alentado por el destacado ingeniero Wiebe Daijer, que le invitó a adoptar una postura radical sobre la creación de un futuro sostenible para la agricultura, Roosegaarde se propuso reconectar a las personas con su entorno, dando luz a los recursos naturales que tenemos delante de nuestras narices.

Aplicado en un campo de 20.000 m² en Lelystad, Países Bajos, el proyecto GROW es fruto de una colaboración de dos años entre científicos y diseñadores del Studio Roosegaarde. Mediante el uso de pautas adaptadas a las necesidades de cada planta, el equipo ha podido optimizar la producción de una gran variedad de cultivos agrícolas, todo mientras forjan una plataforma única a través de la cual abordar los problemas más urgentes relacionados con la producción de alimentos.

“Tenemos estos campos enormes en los Países Bajos que la gente rara vez observa. No forman parte de su conocimiento diario. Pero nos alimentan!”, dice Roosegaarde. Al iluminar las tierras de cultivo, el proyecto transforma los campos agrícolas en una experiencia visual cautivadora.

La combinación de arte y ciencia, que sustenta su mantra personal de “Schoonheid” o “belleza limpia”, puede que sea un acto de equilibrio difícil, pero es un aspecto de la sostenibilidad ambiental en el que cree que deberíamos “invertir parte de nuestra vida cotidiana”. Es imposible no dejarse hipnotizar por las hojas que brillan y bailan a través de los rayos de colores. Pero hay mucho más bajo este espectáculo.

Construido sobre una base de meticulosa investigación científica, GROW está diseñado para perfeccionar los recursos innatos de las plantas y maximizar su eficiencia. Primero, las plántulas se exponen a la radiación UV, optimizando su inmunidad. Este simple paso puede reducir el uso de pesticidas químicos hasta en un 50%, lo que ayuda a reducir la contaminación subsiguiente del suelo y del agua.

Fuera del laboratorio, en los campos, un sistema de distribución de luz vertical impulsado por paneles solares destila la luz del sol en sus longitudes de onda más efectivas: luz roja y azul. Esto acelera significativamente el crecimiento de las plantas, aumentando la producción y permitiendo a los agricultores satisfacer las demandas de alimentos de una población en constante crecimiento.

La iluminación se desactiva cada noche, apoyando el DarkSkyMovement, que tiene como objetivo reducir la contaminación lumínica y preservar nuestra observación de las estrellas.

Si bien muchos proyectos buscan aumentar la conciencia ambiental bombardeándonos con estadísticas, Roosegaarde cree que “no aprendemos por números”. En lugar de provocar la acción a través del miedo, GROW nos invita a hacer una pausa para reflexionar sobre los problemas, a tomarnos un momento para respirar que nos ayude a visualizar la solución. “Nos impulsa la curiosidad”, afirma Roosegaarde, pero “si no podemos imaginar un mundo mejor, no podemos crearlo.”

¿Y quién mejor para imaginar un futuro mejor que los propios agricultores?

Al cerrar la brecha entre la teoría científica y la realidad diaria de los agricultores, GROW ha abierto varios debates importantes. Roosegaarde tiene como objetivo “evitar la narrativa de culparse y avergonzarse” que ha llegado a dominar los debates sobre el cambio climático en las últimas décadas. En cambio, “hacer del granjero un héroe” pone nuestra atención en las personas que están en la raíz de nuestro suministro de alimentos, reconociendo su trabajo y creando el espacio necesario para un progreso sostenible.

El gran interés del sector agrícola en GROW ha sido “una grata sorpresa” para todo el equipo. Esta alentadora respuesta de los agricultores de todo el mundo se está utilizando como trampolín para hacer avanzar el proyecto, con planes para expandir la iniciativa en varios continentes.

Cuando se alivien las restricciones de la COVID-19 y más público pueda asistir a eventos, “el siguiente paso será llevar la exposición de gira, potencialmente a Australia y China”, explica Roosegaarde.

AcciónAtlas: El Studio Roosegaarde está abierto a colaboraciones y encargos de cualquier persona que quiera involucrarse.

Holly es traductora, guionista y periodista radicada en Barcelona. Le gusta la comida, la comedia y, ocasionalmente, salir a la calle.