Dame chanclas viejas y te construiré un barco

The FlipFlopi
Kenia (Lamu)

“No hay duda de que la contaminación por plásticos es uno de los problemas más urgentes de nuestros tiempos —y también es uno de los problemas que podemos solucionar.” Dipesh Pabari

¿Alguna vez han visto una vieja sandalia zarpar? ¿Y 10 toneladas de plástico flotando? Contemplen el FlipFlopi: una colorida hazaña de ingeniería, construida completamente con chanclas viejas de plástico, cepillos de dientes, botellas y bolsas. Un poderoso símbolo de la crisis del plástico, y un alegre recordatorio de que podemos resolverla.

Viendo el daño que el plástico estaba haciendo cerca de su casa, en la costa de Kenia, Dipesh Pabari pasó muchos años haciendo campaña contra los residuos plásticos, creando esculturas de tortugas y centros comunitarios a partir de desechos. La idea de construir un barco surgió de un encuentro casual con un viejo amigo de la escuela, Ben Morison. “Pensé: ésta es la idea más loca y maravillosa que he escuchado”, explica Pabari, “y quiero ser parte de ella”.

Al crecer en Kenia, tanto Morison como Pabari habían visto el daño que el plástico estaba causando en su zona y en sus ecosistemas. “Mientras Ben trabajaba en el turismo, se dio cuenta de que estas supuestas gloriosas playas de arena blanca ya no son realmente blancas y arenosas, sino que están cubiertas de plástico”, dice Pabari.

“Queríamos hacer algo muy conmovedor, grande, positivo, y muy arraigado a nuestro patrimonio africano”. Dipesh Pabari

Era importante que éste no fuera un barco cualquiera, sería un dhow tradicional. Estos barcos se han construido y han navegado en África Oriental durante miles de años, conectando el continente africano con Oriente Medio y Asia para comerciar con esos territorios. “Como símbolo, integra muchos aspectos: intercambio cultural, patrimonio cultural y diversidad de personas”, explica Pabari. “Era enormemente importante que fuera un dhow.”

Entonces, ¿quién mejor que el renombrado constructor de dhows y “maestro tallista” Ali Skanda para construir el barco? Su familia ha estado construyendo dhows en Lamu, Kenia, desde el siglo XIV, aunque ninguno, todavía, de plástico. Skanda se reunió con Morison y pronto quiso tomar la delantera en la construcción. Se unió al equipo junto al ingeniero de diseño y experto en plásticos Leonard Schürg, quien dirigió la parte técnica del procesamiento del plástico reciclado para crear el material adecuado.

Recolectando plástico desechado de las playas y pueblos locales, el equipo fundió 10 toneladas de plástico para construir el dhow de 9 metros de largo. Todo excepto el mástil está hecho con bolsas de plástico, botellas, recipientes y vasos, y el exterior está terminado con lo que da nombre al barco: 30.000 flip flops (chancletas) reutilizadas.

“Queríamos hacer esto de una manera tan majestuosa que la gente dijera, ‘Dios mío, si puedes hacer un barco con un montón de cepillos de dientes viejos que pueden navegar por el Océano Índico, entonces seguramente no deberían ser de usar y tirar’.” Dipesh Pabari

En febrero de 2019, el Flipflopi zarpó. Navegó los 500 km desde Lamu, una isla frente a la costa de Kenia, hasta Zanzíbar, frente a Tanzania. La tripulación se coordinó con las organizaciones y gobiernos locales y con las escuelas para organizar seis paradas para impartir talleres de concienciación sobre la problemática de los plásticos y para aportar ideas para resolverlo.

La expedición fue financiada por el proyecto UN Environment’s Clean Seas, y después de atracar en Zanzíbar, el colorido dhow fue transportado a la Fourth United Nations Environment Assembly en Nairobi, Kenia. El impacto de su viaje fue de gran alcance: dio lugar a compromisos históricos, como el cierre oficial del vertedero de Kibarani en Mombasa, y a compromisos de 29 empresas para reducir sus residuos plásticos.

“Ha habido un tremendo sentimiento de orgullo en el Flipflopi”, cuenta Pabari. “Ha sido reconocido como un símbolo nacional.” El Presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, subió a bordo en 2019, donde el capitán Ali Skanda le entregó una rueda de plástico reciclado y le dijo: “Donde hay una rueda, hay un camino. Quiero que guíes esta rueda para concienciar a toda África sobre el problema de la contaminación del plástico”.

El espíritu alegre y la positividad del Flipflopi han contribuido enormemente a su éxito. “Nos hemos vuelto tan displicentes con las imágenes de tortugas con pajitas en sus narices, hemos sido tan bombardeados por ellas, que han perdido su significado. Por supuesto, estas cosas son muy importantes para hacernos conscientes, pero al mismo tiempo ¿cómo hacer que la gente se involucre? Queríamos hacer algo positivo, divertido, llamativo.” Y al hacerlo, el Flipflopi también rompe la narrativa estereotipada asociada con África. “Muchas de las cosas que salen de África son a menudo negativas”, afirma Pabari. “Queríamos mostrar que, oye, somos tan innovadores como cualquier otra persona en el mundo, tenemos la misma resistencia, probablemente incluso más, debido a la cantidad de dificultades que la gente tiene que pasar aquí. La innovación es sólo una forma de supervivencia. Queríamos llamar la atención del mundo y mostrar lo que se puede lograr en un entorno con escasa tecnología y bajo presupuesto”.

En la siguiente aventura, el Flipflopi tomará las aguas del lago Victoria, el segundo lago de agua dulce más grande del mundo, la fuente del Nilo, y lo que Pabari describe como “un pozo ciego de plástico”. El objetivo de la expedición del Flipflopi en 2021 será promover los principios de la economía circular y abogar por una prohibición regional de los artículos de plástico de un solo uso en las zonas que rodean el lago Victoria.

Mientras tanto, el equipo continuará su labor para mejorar la gestión de los desechos y el reciclaje en los tres centros que ha establecido en toda Kenia. Están ayudando a fomentar la capacidad de las organizaciones locales para crear planes de segregación de residuos en sus ciudades, y construyendo máquinas de reciclaje para que la población local pueda crear y vender productos hechos de plástico reciclado.

Mientras la tripulación del Flipflopi continúa con su misión de liberar a los pueblos, playas, ríos y bosques de Kenia de los plásticos nocivos, Pabari destaca la importancia tanto de la toma de decisiones individuales como del cambio de arriba a abajo. “Hay cosas realmente básicas que cualquiera puede hacer en su vida para reducir su propia huella de plástico. No necesitamos bolsas de plástico: Kenia prohibió las bolsas de plástico hace más de dos años, y se puede vivir sin ellas. Estas acciones individuales son muy importantes, pero también lo es el panorama general: tenemos que empezar a responsabilizar a la industria por sus propios residuos.”

Y no debemos esperar a que la tecnología nos salve, ya tenemos las soluciones que necesitamos. “No necesitamos ver el reciclaje como algo nuevo, que necesita una gran máquina procedente de los EE.UU. o China. El reciclaje es un valor que fue mantenido por nuestras madres y nuestras abuelas. La idea de que todo tiene valor se está erosionando muy rápidamente, pero necesitamos, como sociedad, dar importancia a esto y ver la simplicidad de la solución frente a nosotros.”

AcciónAtlas: Dona para ayudar a sacar a flote el barco más grande, que llevará el mensaje de Flipflopi por todo el mundo. Y firma la petición pidiendo a los gobiernos de África Oriental que lideren el camino para prohibir todo el plástico no reciclable de un solo uso.

Enviado por

Becca Warner

(07 agosto 2020)

Responsable del proyecto

Dipesh Pabari, cofundador

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