Reino Unido (Londres)
Cocina los materiales regenerativos del futuro con estas recetas, alternativas sostenibles al plástico, la cerámica y las telas, creadas con ingredientes que puedes encontrar cerca de casa.
Toma una taza de café molido ya usado, un puñado de cáscaras de mejillones y una pizca de té verde, ¿y qué tienes? Pues todo tipo de cosas útiles: cerámicas alternativas, plásticos que respetan al planeta y tejidos fermentados. Como resultado de un par de horas en la cocina, no está nada mal.
Acabas de entrar en el mundo culinario de Materiom, los expertos en diseño circular que comparten sus recetas para crear materiales que son útiles, naturales y lo suficientemente simples para aquellos de nosotros que no somos grandes cocineros. “Nuestras recetas utilizan abundantes ingredientes naturales y una química compatible con la vida. Son plásticos y productos compuestos que puedes preparar en la cocina, cortar con un láser e imprimir en 3D”.
Alysia Garmulewicz y Liz Corbin se conocieron en el Disruptive Innovation Festival, de la Fundación Ellen MacArthur, en 2016. Sus estudios anteriores (en ciencia de gestión y cultura de materiales, respectivamente) les habían revelado el poder de la naturaleza como maestra de arquitectura e ingeniería, capaz de crear materiales de alto rendimiento a partir de simples nutrientes, que luego se descomponen y se pueden volver a usar.
Liz y Alysia nos hacen llegar algunos datos: “Desde la Revolución Industrial, la mayoría de los materiales y productos que utilizamos todos los días se han fabricado siguiendo sistemas cerrados, altamente extractivos, con complejas cadenas de suministro globales. Y después de un corto período de uso, gran cantidad de ellos son considerados desperdicios. Hoy en día, el 86 % de todos los envases de plástico y el 85 % de todos los materiales textiles terminan en vertederos, se incineran o se están filtrando en los sistemas naturales. Vimos esto como una oportunidad para cultivar una economía de materiales alternativa: que es regenerativa en lugar de extractiva, restaurativa en lugar de destructiva y empoderadora en lugar de alienante”.
Y así, en 2016, Alysia y Liz crearon Materiom, el libro de recetas de la naturaleza, “para empoderar a todo el mundo, en todas partes, e invitar a la gente a participar en la próxima generación de materiales”. Comenzaron a trabajar con amigos creadores y colegas científicos para obtener sus primeras recetas, y buscaron ayuda en YouTube. Durante un tiempo, hicieron burbujear los bioplásticos en sus propias cocinas y organizaron talleres en Valdivia, Chile, para incrementar su colección de ideas para recetas. Ahora, con el apoyo de la Fundación Ellen MacArthur, trabajan desde Londres (Reino Unido) y Santiago de Chile ampliando el material para su libro de cocina en línea y difundiendo información a los nuevos chefs de materiales de todo el mundo.
Es importante destacar que los ingredientes de las recetas de Materiom son el tipo de cosas que se pueden encontrar cerca de casa, así que pueden (y deben) variar según el lugar en el que uno se encuentre. Si vives en Nunavut, en el alto Ártico, por ejemplo, alrededor de tu casa no habrá casi nada, excepto hielo y animales. Pero las prácticas de caza locales hacen que la gelatina sea un subproducto fácilmente disponible, que, además, se puede usar para hacer bioplásticos.
El equipo de Materiom ahora está trabajando con un maestro de escuela que necesita materiales educativos para enseñar el idioma nativo, el inuktitut, a los niños del lugar. Con la impresión 3D, el bioplástico de gelatina se convertirá en moldes de plantilla para dibujar las letras en inuktitut, de modo que los materiales locales puedan ayudar a la cultura local.
Mientras, en Chile, la fabricación local está impulsando la economía. Las algas que se cosechan a lo largo de la costa chilena se secan y envían a China, a un bajo precio, lo cual ofrece poco valor a la comunidad. En cambio, Materiom está desarrollando formas de convertir las algas marinas en materiales de envasado bioplásticos, que pueden aportar más dinero a quienes los producen y al mismo tiempo abordar el problema de la contaminación plástica.
Este enfoque en el abastecimiento y la fabricación locales ayuda a equilibrar los sistemas globales más grandes, que tienden a ser los que dominan la forma en que se fabrican y venden las cosas. “En el mundo de hoy, las cadenas de suministro de materiales son predominantemente globales, lo que limita el potencial de que lleguen al mercado soluciones de materiales más adaptables a escala local y regional. Para nosotros, no se trata de contraponer lo local a lo global. Se trata de encontrar un mejor encaje entre ambos para que los materiales puedan obtenerse y reciclarse de una manera que sea, al mismo tiempo, apropiada para el contexto y ambientalmente responsable”.
El cambio hacia lo local está impulsado por un crecimiento en el número de espacios de fabricación. “Vemos el crecimiento exponencial de los centros de producción a escala comunitaria como Fab Labs, espacios de fabricación y espacios para hackers, lo que crea la oportunidad de construir más cadenas de suministro locales y regionales que obtengan abundantes materiales naturales”. Materiom se ha asociado con académicos, creadores y diseñadores, en universidades y en los Fab Labs, en Chile, España, el Reino Unido y los Países Bajos, para descubrir nuevos ingredientes y desarrollar nuevas recetas.
De cara al futuro, Liz, Alysia y su equipo se centrarán en fomentar el crecimiento de la comunidad de Materiom a través de concursos de diseño global, talleres comunitarios y una lista cada vez mayor de recetas de código abierto “para poder alcanzar una masa crítica y para que cualquier persona, en cualquier lugar, pueda formar parte de la nueva economía de materiales circulares mediante el uso de los abundantes nutrientes que tiene a su alrededor.”
A medida que la comunidad crezca, también lo hará la necesidad de conectar con personas de diferentes disciplinas. “Un desafío continuo y una oportunidad para nosotros es cerrar la brecha que suele haber entre el mundo de los diseñadores y artistas, y el mundo de los científicos e ingenieros de materiales. Reunir a estas comunidades es esperanzador, puesto que generar conocimiento sobre estos materiales puede acelerar el diseño circular del producto y la participación en la próxima generación de fabricación”.
Porque, si bien los ingredientes y los materiales se pueden encontrar y fabricar localmente, el amplio y compartido banco de conocimiento que crea Materiom es lo que nos puede llevar hacia un futuro más positivo. “Nos inspiramos en el mundo natural y usamos esa inspiración para potenciar el ingenio y la creatividad de colectivos con la esperanza de que, a su vez, esa inteligencia colectiva pueda trabajar al unísono para nutrir a este planeta que todos llamamos hogar”.
AcciónAtlas: ¡A cocinar! Visita el sitio web de Materiom para buscar recetas o envía un correo electrónico al equipo para involucrarte en su comunidad como creador de recetas, embajador comunitario, evaluador de materiales, artista o investigador.
Responsable del proyecto
Liz Corbin y Alysia Garmulewicz
Colaboradores
Este proyecto fue seleccionado como parte de CultureFutures, un nuevo proyecto narrativo que cartografía los proyectos culturales y creativos que tienen una misión social (y da a conocer a los artistas, colectivos y emprendedores que lo hacen posible).
Atlas of the Future tiene el placer de aunar esfuerzos con el Institute of Creative and Cultural Entrepreneurship de Goldsmith y el British Council Creative Economy.
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