Estados Unidos (New Haven)
La agricultura submarina vertical y regenerativa de GreenWave reduce la acidez del océano, absorbe carbono, proporciona alimentos nutritivos y puede crear muchos puestos de trabajo.
A Bren Smith le encanta trabajar en un barco; lo ha estado haciendo desde que tenía 14 años, y a menudo dice que es donde quiere estar hasta el fin de sus días.
Tenía 20 años y trabajaba en el mar de Bering cuando las poblaciones de bacalao colapsaron en Terranova, Canadá, dejando a unas 30.000 personas sin trabajo. El propio Smith procedía de un pequeño pueblo de la provincia. Al cuestionar la estabilidad y sostenibilidad de la pesca industrial, pasó a dedicarse a la cría del salmón y luego a la cría de ostras, cuando, en 2011, lo perdió todo por culpa de los huracanes.
El cambio climático no solo está afectando a la meteorología, también afecta a la pesca mundial. Además, las zonas muertas submarinas (áreas con poco oxígeno) están empeorando por la escorrentía del exceso de nitrógeno. El aumento de carbono en la atmósfera a causa de los combustibles fósiles y la deforestación están haciendo que el agua sea más ácida, dañando así a los organismos marinos. Mientras tanto, los expertos piden cambios en la forma en que se producen los alimentos y advierten que se están utilizando demasiados recursos.
“Hemos metido la pata. Pero en cierto modo, eso es lo estimulante”, dice Smith, en el escenario de una charla TEDx. “Como estamos entre la espada y la pared, debemos innovar”, continúa, “tenemos que cambiar completamente nuestra relación con el planeta y reformatear nuestra economía en torno a los principios de sostenibilidad.”
Fue en el momento de esa presentación, en 2014, cuando Smith cofundó GreenWave. Inicialmente inspirado por el trabajo del Dr. Charlie Yarish de la Universidad de Connecticut, Smith finalmente ideó un sistema. Él lo llama cultivo en 3D, una granja de algas, ostras, vieiras y mejillones en varias capas. Debido a que se asienta verticalmente, debajo de la superficie, puede producir una gran cosecha con una huella pequeña, todo sin necesidad de agua dulce, fertilizantes o antibióticos. Y GreenWave dice que es accesible para cualquier persona con 8 hectáreas, un bote y entre 20.000 y 50.000 dólares para iniciar su propio proyecto.
Desde sus inicios y gracias a su impacto positivo en el medio ambiente, el modelo de GreenWave también se ha denominado cultivo oceánico regenerativo o restaurador. Su multitud de cultivos imita la diversidad de los arrecifes oceánicos, donde las especies trabajan juntas para mantener los ecosistemas. El policultivo no solo ayuda a la “reforestación” submarina, las ostras pueden mejorar la calidad del agua al eliminar el nitrogeno y, por tanto, ayudar potencialmente a reducir las zonas muertas.
Las algas también pueden ayudar, ya que extraen nitrógeno y carbono del agua a medida que crecen. Son ricas en nutrientes, proteínas y fibra, lo que en última instancia proporciona un aporte saludable extra a las dietas, aunque, como con cualquier alimento, la moderación es clave. El sargazo azucarado (Laminaria saccharina), el tipo de alga cultivada por GreenWave, también es rica en vitamina C, K, hierro, calcio, yodo y magnesio. Y los humanos no son los únicos que pueden beneficiarse de su consumo. El ganado produce emisiones de metano (un gas que es dañino debido a su efectividad para atrapar el calor) equivalentes a 7 gigatoneladas de CO2 por año, similar a un año de emisiones de transporte. Incluir algas en la dieta de las vacas puede ayudar a reducir sus emisiones de metano hasta en un 82%, con resultados sostenibles y sin efecto sobre el sabor de la leche. Como si todo eso no fuera suficiente, las algas cultivadas de grado no alimenticio también se pueden convertir en pajitas, papel y envases de bioplástico.
Bren Smith, que también es autor del libro Eat Like a Fish: My Adventures as a Fisherman Turned Restorative Ocean Farmer, no siempre se define a sí mismo como un ambientalista. De hecho, GreenWave no solo se centra en la sostenibilidad, sino también en proporcionar empleo dentro de la industria pesquera, con estudios que sugieren que la acuicultura de algas marinas podría crear millones de puestos de trabajo.
Ayudar a los agricultores regenerativos a comenzar es el objetivo a largo plazo de GreenWave: su meta a diez años es ayudar a 10.000 cultivadores oceánicos con formación, herramientas y apoyo. Hay más de 7.000 personas en lista de espera, aseguran, y tienen solicitudes para iniciar proyectos en más de 100 países. Su formación abarca desde seminarios web y herramientas en línea hasta ayudas directas para agricultores, formación práctica y una red de apoyo al agricultor.
Para obtener soporte adicional, GreenWave también está desarrollando su Plataforma de agricultura oceánica regenerativa, que tiene como objetivo proporcionar las herramientas y el conocimiento para que cualquiera pueda iniciar su propio proyecto.
AcciónAtlas: Regístrate para recibir su boletín mensual o, si vives en Connecticut, únete a la Thimble Island Ocean Farming Community Supported Fishery. Siguiendo el modelo de la agricultura comunitaria, ofrece a sus miembros un suministro mensual de ostras, almejas y algas.
Biografía
Reportera, escritora y productora que vive en Irlanda y, a veces, en Barcelona. Originaria de Italia, también ha vivido e informado sobre Estados Unidos, Francia y España. Sus intereses incluyen la sostenibilidad, las cuestiones de género, la inmigración y la cultura.
Responsable del proyecto
Bren Smith, codirector y cofundador
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