Si bien el tostador colombiano Devoción ha obtenido semillas arábigas directamente de agricultores independientes y ha pagado más que el precio justo desde 2006, su iniciativa más reciente se centra en educar a los productores de hoy y de mañana.

Colombia se vio envuelta en un conflicto armado con el movimiento guerrillero de las FARC hasta hace solo cuatro años, y gran parte de la red de 2.000 productores de café de Devoción, muchos de los cuales viven en comunidades indígenas y afrocolombianas remotas, han necesitado apoyo durante mucho tiempo. Los programas sociales y ambientales, como por ejemplo minimizar el impacto ecológico al secar las cáscaras de café y reciclarlas para el cultivo de hongos, para ayudarles a asegurar su futuro siempre han formado parte de los objetivos del tostador, y la educación es su última iniciativa.

En 2018, el equipo de Devoción, liderado por el fundador de Medellín, Steven Sutton, lanzó un proyecto en vídeo, prestando tabletas con talleres educativos a productores en dos comunidades. Con presencia física en valles y montañas de difícil acceso, los dispositivos ayudaron a los agricultores a aprender nuevas habilidades como liderazgo y resistencia, y el video piloto tuvo un impacto tan positivo que Devoción preparó una segunda serie.

Mientras tanto, los líderes comunitarios del futuro emprendieron un curso de café organizado por Devoción en una escuela secundaria de Cundinamarca, cerca de Bogotá, en 2019. Al establecer un laboratorio de poscosecha, los estudiantes aprendieron a probar y a preparar café en talleres de baristas y el esquema fue tan exitoso que los maestros ahora lo han incluido en el plan de estudios oficial.