Estados Unidos (Nueva York)
Este museo del clima con sede en Nueva York integra la acción en todo lo que hace, inspirando al público a unirse a la lucha.
“La industria de los combustibles fósiles hizo un trabajo sumamente eficaz y sociopáticamente inteligente al hacer que pareciera que la crisis climática fue un tema de controversia científica durante años.” Miranda Massie, directora del Museo del Clima
El éxito del “trabajo de relaciones públicas socialmente destructivo, violento y muy eficaz” de la industria de los combustibles fósiles hizo del clima un tema difícil de abordar para muchas instituciones culturales. Mientras Miranda Massie (en la foto de abajo) sentía el impulso cada vez mayor de centrar su vida en la acción para la crisis climática, no había ni cinco museos dedicados al tema. Como activista comprometida, personal y profesionalmente, había luchado, como muchos otros, contra esta situación.
“Pasó mucho tiempo”, relata Miranda, “entre mi incipiente reconocimiento de que la crisis climática era lo más importante que debía abordar y la búsqueda de una manera de apoyarme en ella.”
Su manera de adentrarse en ella fue crear el que resultó ser el primer museo de Estados Unidos dedicado al tema. Cuando la idea estuvo completamente formada en su mente, estaba tan segura de que tal institución debía existir que tuvo cuidado de investigar ampliamente para estar segura de que no iba a pisar el trabajo de otros.
Un cierto nivel de ignorancia sobre los desafíos de fundar un museo sin una gran cantidad de capital fue de hecho un punto de partida útil: “Realmente no sabía en qué me estaba metiendo”, dice.
Sin embargo, descubrió que las personas eran enormemente generosas al regalar su tiempo, consejos y experiencia, y el primer paso fue la formación del consejo asesor, que se desarrolló con la ayuda y participación de Gus Speth del World Resources Institute, seguido de muchos otros.
Lo que Miranda tenía claro era que el museo debía ser un espacio para la acción colectiva, y que su función debería ser fomentar activamente un compromiso público amplio con la crisis climática y extender el compromiso cívico y el activismo más allá de la vanguardia climática y hacia la población en general. También vio que un museo del clima activista podría evitar que la gente se abrumara y se apartara del tema. “Tener estas experiencias en un entorno colectivo centrado en la acción”, explica Miranda, “es fundamental para la participación del público en general, que es esencial.”
Ella vio que los resultados de estos esfuerzos eran desiguales y notó lo difícil que era para los museos dejar de lado la idea de que deberían ser neutrales con respecto a la economía del carbono. Su innovación, por lo tanto, fue “aclarar cuán profundamente está ligada nuestra vida a los combustibles fósiles, tanto material como culturalmente, y orientar la programación del Museo a trabajar para terminar con ello”, y así nació The Climate Museum, con la misión de inspirar acciones sobre la crisis climática.
Su programación tiene como objetivo profundizar en la comprensión del problema, construir conexiones y promover soluciones justas. La búsqueda de soluciones es particularmente vital.
“La idea de que las soluciones tecnocráticas por sí solas podrían ser suficientes para abordar la crisis climática parece ahora completamente pasada de moda”, dice. “Dentro de la comunidad de defensores del clima, estamos de acuerdo en considerar que la injusticia ha influido en la creación de la crisis climática, y viceversa.”
El público principal del museo es la mayoría de norteamericanos preocupados por la emergencia climática, pero que hasta hoy no han hecho nada al respecto. Parte de su teoría del cambio es que “necesitas a todos en cubierta”. Esto significa que la acción abarca un amplio espectro, desde ayudar a las personas a iniciar una nueva conversación con un vecino, pasando por alentar a las personas a llamar a sus legisladores, hasta participar en la desobediencia civil y la protesta.
Si bien la pandemia ha acelerado el desarrollo del museo en línea y su programación digital, no ha disminuido el deseo ni la intención de tener un espacio físico. “Creemos que tener un lugar de reunión central donde las personas experimenten algo es increíblemente importante para la eficacia colectiva”, añade Miranda.
Y si bien hay muchas tensiones debido a la desconexión entre la urgencia de la crisis y los inevitables plazos de gran parte del trabajo, Miranda reconoce que también hay una gran alegría y un gran entusiasmo por ayudar. El museo se ha beneficiado de varios apoyos: donaciones, colaboraciones con consorcios científicos de élite y programas de arte comunitarios para jóvenes en riesgo.
The Climate Museum está involucrando a personas de todas las generaciones al brindar espacios colectivos para la reflexión y la conexión. Por ejemplo, durante la muestra Ask a Scientist tuvieron lugar múltiples conversaciones intergeneracionales y multilingües sobre el climaen diez sitios de toda la ciudad en mandarín, cantonés, español e inglés.
La base del museo en Nueva York ofrece la oportunidad de llegar a un gran número de personas, con residentes locales y turistas nacionales como prioridad. “Buscamos intervenir de manera especial en la población de Estados Unidos, dado el papel histórico de Estados Unidos como causante de la crisis climática”, dice Miranda. “También existe una necesidad especial de llegar a los estadounidenses que han sido objeto de campañas negacionistas particularmente agresivas.”
Miranda espera que haya más museos climáticos en los Estados Unidos: “Cuantos más, mejor, y cuanto más diferentes sean los enfoques, mejor, porque debemos explorar nuevos territorios para hacer frente a este problema. Se necesitan cientos de iniciativas diferentes, con personas probando, intentando, fallando y ajustando, para cambiar la mentalidad”.
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Responsable del proyecto
Miranda Massie, directora
Colaboradores
Este proyecto ha sido seleccionado como parte de CultureFutures, un nuevo proyecto narrativo que cartografía proyectos creativos y culturales con una misión social (y da a conocer a los artistas, colectivos y empresarios que lo hacen posible).
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