El barrio más denso de Europa, campeón de la autenticidad y la diversidad, está empezando a contar su propia historia en su primera ópera comunitaria colaborativa.

El Gran Teatre del Liceu uno de los teatros de ópera más prestigiosos del mundo, abre sus puertas de par en par a todo el barrio, invitando a los vecinos a franquear sus imponentes muros y a contar su propia versión del distrito del Raval en forma de ópera. La libretista Victoria Szpunberg aún tiembla ante el desafío: “¿Cómo se consigue que un barrio absolutamente ingobernable, inclasificable y ecléctico, pueda lidiar con el lenguaje de la ópera, lleno de códigos tradicionales y premisas formales que han variado tan poco a lo largo del tiempo?”.

El Raval de Barcelona es tan dinámico que se ha convertido en un verbo –ravalejar en catalán, ravalear en castellano– tan polifacético que permanece abierto a la interpretación: ser parte de algo nuevo, compartir la emoción, sea cual sea la experiencia en su denso laberinto de calles. Desafiando la gentrificación y la homogeneización, este barrio combativo tiene una profunda tradición asociativa y fomenta un espíritu rebelde de diversidad, donde los veteranos se mezclan con los recién llegados. El barrio acoge una amplia comunidad de inmigrantes, ya que la mitad de sus 50.000 vecinos proceden de 125 países y hablan 40 idiomas.

En un extremo de este barrio, a medio camino de las Ramblas, el Gran Teatre del Liceu se ha estado arriesgando con sus primeras experiencias de ópera comunitaria, todas ellas con participación de escuelas. Más recientemente, dio un paso más al contar con alumnos de toda Cataluña que participaron en El monstre al laberint, de Jonathan Dove, que conecta la experiencia del laberinto de Teseo con la difícil situación de los inmigrantes de hoy, y el salvajismo del minotauro con la política. Pero con la nueva línea de producción OPERA PRIMA y el apoyo adicional del proyecto europeo TRACTION, el Liceu se adentra ahora en aguas más profundas.

El Liceu está comenzando a explorar la co-creación, reuniendo a asociaciones de vecinos, instituciones y ciudadanos en un proyecto conjunto que consiste en escribir y producir una ópera. Una ópera contemporánea, donde el Raval cobra protagonismo. El teatro quiere que el Raval ocupe el Liceu, como el Liceu ocupa el Raval. Los profesionales trabajarán con aficionados para componer una producción que involucre y desarrolle el talento local no solo en la dramatización, la música y las canciones, sino también en el vestuario, la escenografía, la carpintería, la pintura, el maquillaje, la peluquería y la tecnología digital.

Para Irene Calvís, responsable de programas sociales del Liceu, el cambio implicará que los profesionales del Liceu reinventen su proceso de producción tradicional sumergiéndose en la colaboración. Mientras la libretista busca entrevistas con figuras anarquistas clave para desarrollar su guión, los artistas gráficos se reunen con estudiantes y afectados por parálisis cerebral para crear carteles y tarjetas, los diseñadores de vestuario se acercan a las ex trabajadoras sexuales para diseñar vestidos, y el compositor reúne no menos de once coros locales para que canten juntos por primera vez.

Todos ellos están desarrollando sinergias que desembocarán en futuras actuaciones, en una aventura sin precedentes. “Nos relacionamos con personas con realidades muy diferentes y complejas a las que tenemos que respetar y adaptarnos”, dice Calvís. “Seguimos descubriendo con ellos, con mucho cariño y atención.” El personal del Liceu ha estado trabajando con cientos de vecinos del Raval, y tienen la intención de “incluirlos a todos”, particularmente a los que no pertenecen a ninguna red social y están en riesgo de exclusión.

Los interesados tienen hasta octubre de 2021 para acercarse a los colegios del Raval, bibliotecas, centros de salud o al propio Liceu y ofrecer su participación. Pero el tiempo apremia, ya que el guión se acerca a su fin. A partir de meses de entrevistas, la dramaturga Victoria Szpunberg ha identificado a un filipino modesto y trabajador como protagonista de una trama que surge de un “hecho completamente inesperado” en una calle y que repercute en todo el barrio.

‘La Gata Perduda’ es una historia en catalán que incorpora varias lenguas, llena de fantasía y misterio, donde Szpunberg ha “tratado de plasmar el carácter indomable del barrio en un libreto a veces grotesco o tierno”. Arnau Tordera, cantante y compositor de esta ópera en dos actos que abrirá la temporada del Liceu en octubre de 2022, ha revelado que la corriente subyacente de la música clásica surgirá con las diversas voces de los coros y se desbordará por la rumba catalana, el hip hop, el rap, el rock, el punk y la música urbana y étnica.

“Estamos muy contentos de que el Liceu pueda ‘ravalear’ más que nunca”, dice Òscar Esteban, director de la fundación Tot Raval (Todo Raval) que acuñó el verbo. Pero eso no es todo. Si bien es la primera vez que el Liceu co-crea una producción comunitaria, esto es solo el comienzo. Gracias a la iniciativa OPERA PRIMA y al proyecto TRACTION, en colaboración con programas en Irlanda (Ópera Nacional de Irlanda) y Portugal (Sociedade Artística Musical de Pousos), el Liceu producirá una nueva ópera cada tres años con diferentes comunidades de Cataluña.

AcciónAtlas: Si resides en el Raval, participa contactando con las bibliotecas locales y en los centros de salud. También puedes escuchar cómo surgió el proyecto (en catalán), ver cómo se hizo el cartel y descubrir más sobre el futuro de la ópera comunitaria en Europa.

Escritora ‘freelance’.