Estados Unidos (Gloucester)
El programa Drones for Whale Research tiene la misión de democratizar el conocimiento científico sobre las ballenas a través de tecnología barata y no invasiva.
Las ballenas están protegidas en la mayor parte del mundo, pero muchas especies aún se están recuperando de la caza comercial que las puso en el punto de mira en el siglo XX. Además, hay nuevas amenazas, como el cambio climático, la contaminación acústica y la contaminación química. Las ballenas son difíciles de estudiar y no siempre es fácil saber cuál es la mejor manera de protegerlas. La respuesta, según Ocean Alliance, es más información y más datos.
De pie en un bote, Iain Kerr, director de Ocean Alliance, observó a una ballena sumergirse bajo la superficie justo cuando se detuvieron junto a ella. Esto podría significar una espera de una hora antes de que volviera a subir y pudieran tomar las muestras que necesitaban. Pero luego notó el olor proveniente de la exhalación de la ballena; si huele tan mal, pensó, debe haber algo de materia orgánica aquí. Este encuentro, combinado con su afición a los drones, fue el comienzo del programa Drones for Whale Research.
Su primera incursión en el trabajo con drones fue el SnotBot, un dron modificado que vuela a través de la exhalación de la ballena para recoger los “mocos” exhalados en placas de Petri. Esto proporciona mucha información valiosa sobre la salud de una ballena, como el ADN, las hormonas y el microbioma del estrés y del embarazo. Ocean Alliance comenzó a crear un prototipo del SnotBot en 2013 y les llevó hasta cuatro años encontrar la mejor manera de usar el dron.
Su director científico, Andy Rogan, explica que cuando empezaron a desarrollar el prototipo no estaban seguros de si podrían recolectar las muestras, y mucho menos qué encontrarían o cómo reaccionarían las ballenas. Aunque ahora ya han desarrollado una forma de trabajar con los drones, todavía ajustan la tecnología a cada proyecto de investigación, adaptándola a la especie de ballenas que están estudiando.
Ocean Alliance no acaba de aterrizar en la investigación de las ballenas, lo han hecho desde que el Dr. Roger Payne (el biólogo que descubrió que las ballenas jorobadas cantan) fundó la organización en 1971. Esta organización se creó alrededor de la protección de las ballenas, y el uso de la tecnología de drones supone un paso más, al desarrollar una herramienta de investigación muy poco invasiva: en 700 vuelos del dron, solo ha habido tres reacciones negativas de ballenas.
Otra ventaja del SnotBot es su asequibilidad. Tomar muestras de manera tradicional (recolectando biopsias de piel o grasa de ballenas) requería mucho tiempo, era costoso y, a veces, difícil. En cambio, se puede comprar un dron por menos de 1.000 dólares, lo que ofrece la posibilidad de recopilar datos a través de grupos de investigación de todo el mundo.
De hecho, el programa Drones for Whale Research promueve la amplia aplicación de sus métodos con otros investigadores, recibiendo regularmente consultas sobre cómo se podría usar el SnotBot en otras regiones. Cuando el equipo realiza un viaje de investigación, trabaja con los investigadores de la zona y los forma, dejando un dron en manos de las organizaciones locales. Como dice Andy, “las grandes instituciones de investigación de Occidente no van a salvar a las ballenas. Se necesitan investigadores locales, instituciones locales de todo el planeta si queremos proteger a estos animales y comprenderlos mejor. Y donde realmente estamos tratando de centrarnos es en tratar de empoderar a estos grupos con SnotBot y drones”.
Después del SnotBot, el programa Drones for Whale Research comenzó a explorar otras posibilidades. Ahora también trabajan con el dron impermeable EarBot (que recopila información bioacústica) y con una técnica de fotogrametría para tomar fotos más precisas de ballenas (un indicador simple pero preciso de su salud).
Están desarrolando una avioneta de reconocimiento de ala fija y de largo alcance que detecta el número de ballenas en un área determinada. Con el tiempo, este tipo de estudios proporcionará información valiosa sobre la estabilidad (o no) de las poblaciones de ballenas. La avioneta tiene implicaciones más amplias para las ciencias marinas en general y ayudaría a monitorear las costas, manglares, arrecifes de coral y posibles embarcaciones de pesca ilegal. Sin embargo, como destaca Andy, “esto solo vale si muchas personas pueden permitírselo”. Actualmente, la tecnología sigue siendo demasiado cara para la mayoría de los investigadores, pero ahora están trabajando en un prototipo para que, cuando sea más accesible, estén listos para implementarlo.
Desde 2013, Ocean Alliance tiene su sede en su centro de innovación de Gloucester, Massachusetts. Además de ser el centro de su investigación, también es un lugar donde la comunidad local puede aprender sobre las tecnologías utilizadas en su investigación. En relación con su trabajo con drones, desarrollaron un Club de Robótica que los niños pueden visitar todos los miércoles para aprender a hacer volar un dron o incluso construir un robot. También tienen un club para niñas que les ofrece formación en los campos STEM (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
En el futuro prevén que este centro sea un lugar donde confluyan la innovación tecnológica y la investigación sobre ballenas. Como explica Andy, “la idea es intentar crear un espacio donde otras personas puedan venir y usar el equipo y colaborar y discutir soluciones”.
Andy espera que “grupos de todo el planeta utilicen herramientas económicas, realmente prácticas y capaces de recopilar enormes cantidades de datos sobre las ballenas”. A través de estos datos comparables, los científicos sabrán mejor cómo proteger a estos asombrosos animales en el futuro.
AcciónAtlas: Si eres un científico, ponte en contacto con el equipo para averiguar cómo puedes utilizar el SnotBot en tu investigación. Otras formas de ayudar pueden ser adoptar una ballena u obtener material relacionado con las ballenas en la tienda de Ocean Alliance.
Biografía
Escritora, editora e investigadora afincada en Barcelona, interesada en las artes, la diversidad cultural y la expresión creativa para el cambio social.
Responsable del proyecto
Dr. Roger Payne, fundador y presidente, y Dr. Iain Kerr, CEO
Colaboradores
Este proyecto ha sido seleccionado como parte de NatureFutures, un nuevo canal de contenido que muestra las innovaciones en biodiversidad y ciencia ciudadana y a los biólogos, ingenieros, expertos y voluntarios que hay detrás de ellas. Atlas of the Future se complace en asociarse con la Generalitat de Catalunya en la creación de este canal.
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