La ropa se convierte en magia cuando las fibras de las que está hecha no se crean a partir de animales, plantas o plásticos, sino del aire que respiramos. Fairbrics ha encontrado una manera de capturar el CO2 de la atmósfera y convertirlo en fibras sintéticas con las que se puede confeccionar ropa duradera.

El equipo de científicos de Fairbrics atrapa el CO2 y lo convierte en gránulos. Estos se convierten luego en hilo y se tejen en una tela, acertadamente llamada Airwear. Es idéntico al poliéster a base de aceite actual, uno de los principales contribuyentes a las enormes emisiones de gases de efecto invernadero de la industria de la moda. Al capturar más CO2 del que utiliza para la producción, Fairbrics ha creado la primera fibra sintética de carbono negativo del mundo.

Benoît Illy, fundador de Fairbrics, explica cómo Airwear se inspiró en la naturaleza. “Reproducimos en el laboratorio lo que la naturaleza hace tan bien. Los árboles utilizan la luz para convertir el CO2 en fibras naturales. Usamos electricidad para convertir CO2 en fibras sintéticas.”

“Si queremos detener las emisiones globales”, agrega, “dependerá de la elección del consumidor. La gente está cada vez más interesada en un producto con una menor huella de carbono, y creemos que al ofrecer un producto más sostenible, podemos disminuir la huella de la industria.”

AcciónAtlas: Ponte en contacto con el equipo para obtener más información.

Fairbrics es finalista del European Social Innovation Competition de 2020, organizado por la Comisión Europea, con el apoyo de un consorcio de organizaciones. El consorcio está liderado por Nesta Challenges e incluye a Kennisland, Ashoka España, la Red Europea de Living Labs y Scholz & Friends. “Reimaginar la moda: cambiar comportamientos para lograr una moda sostenible” pide a los participantes que encuentren formas nuevas y creativas de reducir la huella ambiental y mejorar el impacto social del mercado de la moda, para que podamos devolver la alegría a la moda evitando el daño que provoca.