Ruanda (Kigali)
Una empresa de drones que salva vidas en Ghana y Ruanda se ha convertido en un ejemplo sobre el uso de drones autónomos como herramienta para el distanciamiento social.
Zipline está llevando productos médicos vitales, como sangre y vacunas, a hospitales remotos que atienden a las personas que realmente los necesitan.
“Si alguna vez hubo una necesidad urgente de drones médicos, este es el momento.”
Sus drones podrían ayudar a entregar la vacuna contra el coronavirus en las áreas más críticas, ya que las entregas se realizan en paracaídas, sin una persona intermediaria. Próxima parada: India y Estados Unidos.
En 2014, la empresa Zipline Internacional reinventó el dron con la misión de “ofrecer acceso a los suministros médicos básicos a todas las personas del mundo”.
“Todos los años, mueren millones de personas en todo el mundo por no tener acceso a medicamentos cuando los necesitan” dice Keller Rinaudo
Más de dos billones de personas carecen de acceso a fármacos esenciales, a menudo por dificultades en el terreno y falta de infraestructuras. Por ello, más de 2.9 millones de niños y niñas menores de 5 años mueren cada año. También, se podrían evitar unas 150.000 muertes al año relacionadas con el parto si las madres tuvieran acceso a transfusiones de sangre seguras.
Por todo esto, el gobierno de Ruanda se asoció en 2014 con una startup de San Francisco para tener acceso a drones médicos y poder repartir medicamentos, vacunas y bolsas de sangre a clínicas y hospitales remotos con acceso difícil o imposible con transportes tradicionales.
Desde la organización Design Week, comentan que “la historia de Zipline es un buen ejemplo de un gobierno que trabaja codo con codo con una startup privada, un concepto con mucha fuerza que da solución a un problema real a través del diseño, prueba y error”.
“Nuestro contrato con Ruanda ni siquiera mencionaba drones” explica el fundador Keenan Wyrobek. “Somos mensajeros. Los drones eran únicamente la mejor manera de solucionar el problema logístico de repartir suministros en ese entorno en concreto”.
El sistema requiere que sean los trabajadores sanitarios los que hagan los pedidos a través de mensaje de texto y reciben los paquetes en un promedio de 30 minutos.
Ruanda, es una de las naciones más pobres del mundo, pero es el primer país de la historia que utiliza los drones para fines médicos y sanitarios. Esto hace que el centro tecnológico de África oriental esté por delante de países como Estados Unidos en establecer una red de entrega comercial a través de los drones: “El concepto de tener que crear puertos para drones fue algo que el consejo de toma de decisiones del país decidió fácilmente” explica Michael Fairbanks, miembro del consejo asesor presidencial del presidente rwandés Paul Kagame. “Llevó muy poco tiempo. Esto es algo de lo que Estados Unidos debería aprender”.
Los drones tienen una anchura de unos dos metros y medio y usan GPS para guiarse y comunicarse a través de la red en Ruanda. Son capaces de volar en condiciones meteorológicas adversas y mantienen la temperatura necesaria para las vacunas y sangre que transportan. Empezaron con un volumen de unas 50-150 entregas al día a 21 instalaciones de transfusión de Ruanda.
En abril de 2019, el Dr Mahamudu Bawumia, vicepresidente de Ghana, inauguró el primer centro de entrega de drones en Omenako, una aldea cercana a Suhum, en la región oriental. Los drones han servido a unos 12 millones de personas en el país, entregando 148 vacunas distintas, con unos 500 vuelos diarios repartiendo vacunas, bolsas de sangre y medicinas a 2.000 centros de salud en localizaciones remotas de todo el país.
“Ahora podemos prevenir la muerte de madres que dan a luz y necesitan sangre. Ahora podemos enviar medicamentos a hospitales regionales con la máxima rapidez” explicaba el Dr. Mahamudu Bawumia en 2019. “El uso de drones está presentando una oportunidad muy importante para el cambio del reparto de suministros médicos en todo el mundo. Esta innovación salvará las vidas de gente que seguramente habrían pedido sus vidas al nacer, por mordida de serpiente, accidentes u otras emergencias que ponen la vida en peligro”.
A nivel mundial, el acceso urgente a suministros sanitarios suele obstaculizarse por la dificultad de repartir medicamentos desde el almacén central a pacientes que se encuentran en zonas retomas.
Desde que comenzó su servicio en 2016, Zipline ha volado más de un millón de kilómetros y ha repartido más de 60.000 cajas. Si bien los drones son muy efectivos (ahorro económico y de tiempo) el reto estaría en mantener la tecnología y ver como usarlos en situaciones en las que no hay electricidad.
La misión original de la compañía sigue en pie: crear una cadena de suministro automatizada para el mundo, que permita que los drones puedan repartir a demanda productos de bajo coste. Hoy en día, el proyecto tiene el potencial de revolucionar la sanidad pública y salvar miles de vidas, además de agilizar las entregas médicas en tiempos del COVID-19. Estimulados por la pandemia, Zipline también está estudiando cómo repartir suministros directamente en casas particulares de los Estados Unidos, además de poder repartir mascaras y otros elementos de protección.
“Si alguna vez hubo una necesidad urgente de entregas médicas por dron, este es el momento”, dijo Justin Hamilton, jefe de comunicaciones de Zipline a Bloomberg. “Nuestra primera prioridad es servir a los pacientes en Ghana y Ruanda. Pero reconocemos que estos son tiempos extraordinarios y estamos abiertos a explorar cómo podemos ayudar a los Estados Unidos y a países de todo el mundo a responder a la pandemia y sus efectos posteriores.”
Se espera que la próxima generación de Zipline sea diez veces más eficiente y pueda servir a muchas más personas. Zipline también se va a lanzar en India, donde podría servir a 120 millones de personas en los próximos años.
Mira como este dron entrega pequeños paquetes con paracaídas de papel. ¿No hay carreteras? Sin problema.
AcciónAtlas: Zipline va a entregar todo tipo de productos médicos en muchos países este año. Contacta con ellos si crees que Zipline puede ayudar a tu país.
Responsable del proyecto
Keller Rinaudo, CEO & Keenan Wyrobek, Fundador
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