Brasil (Nova Xavantina)
En la Amazonía brasileña, la asociación Rede de Sementes do Xingu está salvando los bosques, las comunidades indígenas y el clima.
Cualquier jardinero te dirá que no hay alegría comparable a presenciar cómo las primeras semillas brotan y se convierten en plantas en primavera. Pero, ¿y si esas semillas regeneraran tierras, empoderaran a las comunidades indígenas y salvaran nuestro planeta?
La Rede de Sementes do Xingu, es una organización formada por cerca de 570 recolectores de semillas que restauran el bosque y mejoran las condiciones de vida de las comunidades indígenas cercanas a las cabeceras de la cuenca del río Xingú, que se extiende a través de la selva amazónica brasileña y los biomas del Cerrado.
La iniciativa comenzó como una campaña en 2004, cuando 20 comunidades que vivían a lo largo del río Xingu notaron que la deforestación había empeorado la calidad y la cantidad de agua en la zona debido a que los cultivos reemplazaban a los árboles nativos. En colaboración con la ONG Instituto Socioambiental (ISA), los líderes del parque indígena de Xingu (el territorio indígena más antiguo de Brasil, con unas 2,6 millones de hectáreas, aproximadamente el tamaño del estado de Massachusetts) exigieron que se restauraran y protegieran los manantiales del río.
Muy pronto, los activistas se dieron cuenta de que la forma más eficiente de salvar el bosque era plantar semillas nativas mixtas. Los números no mienten: puedes plantar 10 veces más árboles por hectárea si usas semillas en lugar de plántulas, y te costará la mitad de precio. La alta densidad de plantas permite una estructura forestal robusta y heterogénea, lo que significa una mayor captura de carbono, biodiversidad y polinización.
La innovadora técnica de reforestación se llama siembra directa o ‘muvuca’ (“mezcla, multitud”) y los restauradores de bosques ahora la están enseñando a agricultores, universidades y organismos gubernamentales.
Debido al éxito de los esfuerzos en reforestación y la obligación legal de los constructores brasileños de replantar el equivalente de las áreas forestales que destruyen, la demanda de semillas nativas del Amazonas se multiplicó recientemente por diez y nació la red de semillas de Xingú.
Hoy en día, son la red de semillas más grande del país y colaboran con otras organizaciones amazónicas para asegurar el suministro y una variedad genética óptima. La red gestiona los pedidos de semillas y forma a los recolectores sobre las mejores prácticas, técnicas de preprocesamiento e identificación de especies.
“La Rede de Sementes do Xingu es una ‘muvuca’ de personas que hacen ‘muvuca’ de semillas”, dice la bióloga y recolectora de semillas Milene Alves.
Gracias a la red, las comunidades indígenas comparten su sabiduría entre sí y con los agricultores amazónicos. Comercian y realizan proyectos juntos.
Para los recolectores de semillas indígenas, la iniciativa representa una oportunidad para completar sus ingresos, reconectarse con el bosque y ofrecer a los miembros de la comunidad una alternativa a la reubicación urbana, al tiempo que complementan su dieta con fruta variada. Para los colonos rurales y recolectores periurbanos, la recolección de semillas se ha convertido incluso en una importante fuente de ingresos. La mayoría de los recolectores son mujeres, algunas de las cuales han sido empoderadas por primera vez por la red y pueden generar sus propios ingresos.
La red también ayudó a proteger la salud de las comunidades indígenas durante la pandemia de la COVID-19 en uno de los países más afectados del mundo y en una zona donde la falta de unidades de cuidados intensivos hace que el contagio sea extremadamente peligroso.
En los sesenta años posteriores al primer contacto del antropólogo alemán Von den Steinen con los indígenas, en la década de 1880, los pueblos Xingú se vieron afectados por enfermedades extrañas como el sarampión y la gripe, que redujeron sus pequeñas poblaciones en dos tercios. Un acuerdo con un hospital universitario de Sao Paulo puso fin a los contagios cuando los médicos voluntarios comenzaron a vacunar y a atender a las comunidades Xingú restantes.
Ahora es el bosque el que evita el contagio. Al ofrecer más oportunidades para cultivar alimentos de la Amazonía, la Rede de Sementes do Xingu redujo la necesidad de viajar a áreas densamente pobladas para comprar alimentos. Su directora ejecutiva, Bruna Ferreira, dijo a la Thomson Reuters Foundation que “a través de la red de semillas, la gente ha vuelto a sus bosques para redescubrir la variedad de frutas, hojas y raíces que los antiguos solían comer”.
El verdadero ganador, sin embargo, es el Amazonas. La red ha recolectado alrededor de 200 toneladas de semillas de más de 200 especies nativas y ha favorecido la recuperación de más de seis mil hectáreas de bosques degradados a lo largo de la cuenca del Xingú y Araguaia y en otras regiones de la Amazonía y Cerrado.
La recolección de semillas ha demostrado ser una herramienta extraordinaria en la lucha contra la degradación climática: protege la biodiversidad, acelera la reforestación y aumenta el valor de unos bosques que de otro modo se considerarían un recurso a explotar. No está mal para ser semillas tan diminutas.
AcciónAtlas: Contacta con la red de semillas para comprar semillas nativas o convertirte en recolector. Conoce otros proyectos que trabajan para resolver la crisis climática.
Responsable del proyecto
Bruna Ferreira (CEO), Tariaiup Kaiabi (director) y Antonio Augusto Marques Martins (director)
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