La Caravana Escuela crea escuelas de herrería en aldeas remotas ayudando a desarrollar la creatividad y la autosuficiencia.

A más de tres mil metros sobre el nivel del mar, en la cordillera más alta de los Andes venezolanos, se encuentra el pequeño pueblo de Gavidia. Los visitantes que han viajado a través de cañones y campos por la carretera panorámica que conduce hasta aquí son recibidos por unas vistas impresionantes y un puñado de pequeñas casas de tejados rojos. Y pueden escuchar el sonido del martillo de un herrero.

Gavidia es la primera comunidad visitada por La Caravana Escuela, un proyecto educativo itinerante sin ánimo de lucro que ha ido forjando nuevos futuros en los pueblos rurales del estado de Mérida.

La primera clase de herrería en Gavidia.

La Caravana se lanzó a la carretera en 2019. Daniel Souto, herrero y director del proyecto, explica que, para entonces, la situación económica y política había convertido la pérdida de población y la escasez de trabajadores en una crisis casi imparable para el pueblo. Las actividades comerciales estaban cerrando, los jóvenes dejaban la escuela para mantener a sus familias. Los agricultores no podían cultivar sus campos porque carecían de semillas, combustible y herramientas para trabajar la tierra, y los animales estaban sufriendo porque no tenían herraduras.

Fue entonces cuando Daniel decidió poner de su parte. Siempre fue un tipo hábil, desde que abandonó la escuela a una edad temprana para perseguir su pasión por la herrería. Estudió en prestigiosas escuelas internacionales de artesanía y se convirtió en un experto herrero y operador de cámara.

“Vi la fundición como una oportunidad para crear una alternativa real […] una oportunidad para que los jóvenes permanecieran en sus pueblos y construyan su propio futuro; para que hombres, mujeres y niños del campo pudieran apropiarse de la transformación que genera el obtener un nuevo conocimiento y una herramienta para la vida.”

Una clase normal el lunes por la mañana.

Después de fundar el taller de forja rural de Gavidia y ofrecer a los lugareños formación y herramientas, Daniel y La Caravana se trasladaron a otra población. Esa es la naturaleza de la escuela nómada, que tiene como objetivo crear un mundo de educación colectiva donde las habilidades creativas y la artesanía sean las herramientas que transformen la sociedad.

“Sueño con un sistema educativo que esté libre de burocracia, límites, restricciones y que no se centre solo en teorías. Un sistema en el que las personas desarrollen conocimientos y habilidades tangibles para que puedan construir sus propios sueños colectivos.”

Las aldeas visitadas por los herreros viajeros experimentan una mayor diversificación de ingresos y mejoras en transporte y comunicación. Las herramientas agrícolas permiten una mejor producción y comercio de alimentos. La fundición conlleva una reacción en cadena, creando nuevos puestos de trabajo en construcción, carpintería, artesanía y tala.

En menos de tres años, La Caravana Escuela formó a más de 200 agricultores en cuatro comunidades remotas. Las fundiciones forjaron 4.832 herramientas (a menudo con metal reciclado) que beneficiaron a “más de 5.763 personas en la cadena productiva”, calcula Daniel.

El equipo está muy orgulloso de haber encendido la pasión por la forja en las generaciones más jóvenes. “La herrería es intergeneracional. Nuestros talleres son espacios de creatividad y libertad donde los jóvenes pueden divertirse y sentirse útiles mientras aprenden habilidades muy valiosas.”

Lorenza aprende el oficio.

La pandemia no detuvo a los educadores aventureros, que llegaron hasta Los Nevados para establecer su escuela. La historia de su viaje se cuenta en la segunda temporada del documental de Netflix ‘Magical Andes’. La Caravana también realizó algunas filmaciones propias mientras creaban tutoriales de herrería durante el confinamiento.

La escuela planea expandirse y viajar más lejos a medida que haya más comunidades que soliciten participar. También están en camino de incorporar la herrería en el plan de estudios Escuelar de Venezuela y de crear su “Herracoin” para los agricultores que deseen vender e intercambiar herramientas.

AcciónAtlas: Puedes apoyar a La Caravana Escuela haciendo un donativo directamente a Venezuela o a través de su organización sin ánimo de lucro registrada en los Estados Unidos.

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Daniel Souto left traditional school at a young age for a blacksmith apprenticeship with Pascual Giacomacci. In 1997, he obtained a scholarship to study at Penland School of Craft. After graduation, he returned to Venezuela to open his own smithy. He’s been a blacksmith for over 2 decades and returns to the US regularly to teach at Penland School and Haystack School of Craft. Stephen Yusko visited Daniel’s workshop SoutoStudio in Mérida to teach ‘Days of the Forge.’ Daniel is also a camera operator and production coordinator which led him to work in several productions including TV series and movies and travel to the Andes, the Himalayas, Iceland, and the Amazon. In 2018, he was invited by Volksdorf Schmiede to the annual Hamburg festival in Germany and upon returning, he decided to found La Caravana Escuela.