Con 51.330 especies diseminadas en Colombia, el segundo país con mayor biodiversidad del mundo supone una inmensa despensa para el chef Leo Espinosa y sus conciudadanos, entre los cuales hay 87 grupos étnicos que hablan 65 idiomas. Dada su pasión por identificar y fortalecer este patrimonio diverso, en 2008 Leo y su hija Laura Hernández-Espinosa, quienes juntas lideran el LEO Restaurante en Bogotá, crearon FunLeo, una fundación socioambiental que revive el conocimiento gastronómico ancestral en estas comunidades colombianas rurales. Hasta la fecha, FunLeo ha apoyado más de una docena de iniciativas basadas en la alimentación, como la creación de la Ruta del Cangrejo Negro de Providencia y talleres de gastronomía para niños en la isla de Barú.

Galardonda en 2017 con el Basque Culinary World Prize, ayudó a abrir el Centro Integral de Gastronomía Zotea en Coquí, un caserío en la región del Chocó en el Pacífico colombiano. Zotea, un espacio multifuncional que es en parte restaurante, en parte invernadero que cultiva vegetales y hierbas medicinales, y en parte centro de producción, impulsa a la comunidad a través de lo que mejor conocen: la comida de su región. Por un lado cosechan cocos orgánicos para producir aceite de coco virgen extra prensado en frío, mientras que en un taller de cocina, los visitantes pueden aprender a preparar apachina (un tubérculo), mandioca y tamales de banana. Todos los ingredientes son de origen local y cultivados por la comunidad.

Los miembros de la comunidad de Coquí no solo mejoran su nutrición, salud, calidad de vida e ingresos a través de las iniciativas de Zotea, sino que también se convierten en empresarios gracias a su conocimiento de las tradiciones culinarias.