“Creativo” y “fábrica”: dos palabras que no se suelen ver juntas. Es hora de que lo estén.

About a Worker se describe a sí misma como una ‘fábrica creativa’ que incorpora a los trabajadores de las fábricas de ropa al proceso de diseño para que su talento pueda ser visto y escuchado. Estos trabajadores son personas que, a menudo, son explotadas –como Fashion Revolution y otros han destacado claramente, particularmente a raíz del desastre de Rana Plaza en 2013.

Kim Hou y Paul Boulenger se conocieron durante sus estudios y lanzaron About A Worker en 2017. “Nuestro objetivo era encontrar formas para que se escuche a los trabajadores”, dice Kim. “Cuando se trata de realizar cambios dentro de nuestra industria, creemos que todo el mundo debería sentarse en la misma mesa.”

La “fábrica creativa” de About A Worker se centra en talleres que reúnen a los trabajadores, a menudo en colaboración con las marcas y empresas de producción. Más de 50 trabajadores han participado hasta ahora en un “proceso de iniciación al diseño” siguiendo cuatro pasos: “¿Quién eres?”, “Visualiza tu realidad”, “Da forma a tu historia” y, finalmente, “Expresa tu personalidad a través del diseño”.

“Los artistas y diseñadores siempre han utilizado su estética personal como una forma de llamar la atención y seducir a los espectadores para que crean o reflexionen sobre una idea o situación”, dice Kim. “Si queremos ver un cambio en la producción de moda, entonces está claro que los trabajadores deben tener la oportunidad de expresarse a través de sus creaciones para que el público les vea y les oiga.”

La colección Shenzhen fue diseñada por cinco mujeres del distrito Bao’an de Shenzhen, que anteriormente trabajaban en talleres clandestinos. Por otro lado, una colaboración con La Redoute reunió a los propios trabajadores de la marca con sus directores creativos para rediseñar sus uniformes teniendo en cuenta la utilidad y la elegancia.

About A Worker también crea iexperiencias inmersivas que abren una ventana a la realidad de las condiciones laborales de los trabajadores de la confección. Para difundir aún más su mensaje, participan en exposiciones como Protext!, que explora cómo se puede utilizar la tela para expresar identidad, protesta y pertenencia. Y sus proyectos de investigación exploran el contexto en el que se desarrolla la moda, como la vida durante el confinamiento (desde lo brillantemente raro hasta lo aún más raro) y las calles de Saint-Denis, en Francia.

“La estética es un lenguaje universal que puede ser entendido y hablado por cualquier persona”, añade Kim. “Estoy convencida de que los diseños expresivos de los trabajadores pueden convertirse en un punto de partida relevante para nuevos planteamientos.” El diseño es un idioma que todo el mundo puede hablar, y cada vez más personas deberían tener la oportunidad de usarlo.

AcciónAtlas: Compra la ‘Expressive Mask’ de About A Worker, hecha por mujeres que trabajan en una fábrica francesa que emplea costureras experimentadas en situación de vulnerabilidad.